A través de la moda, creamos tendencias, expectativas, nos definimos, decimos sin palabras cómo somos, qué nos gusta, qué nos atrae, cuál es el mensaje que queremos transmitir.
A la hora de elegir o acogernos a una moda hay tres componentes para intentar satisfacer nuestras necesidades: el utilitario, donde se busca algo con el fin de obtener protección, por ejemplo, comprar un suéter para protegerse del frío, el componente de comunicación, la necesidad está en función de la moda, con la finalidad de que “los otros” piensen que soy de una manera u otra, y el componente psicológico, en el sentido de estar cómodo y contento con uno mismo, de cómo nos sentimos con respecto al mundo en el que vivimos y también con respecto a nosotros mismos.
Lo ideal sería compaginar estos tres componentes para determinar nuestra elección, pero a veces está motivada por el propósito de comunicarse con los otros y demostrar, que se está a la moda o que se es completamente diferente. Por poner un ejemplo, hay quienes prefieren ir pasando frío pero “ir a la moda”. Quizás les impulsa probarse algo a sí mismos, para asemejarse a la imagen que tienen de sí y sentirse bien.